Posiblemente, en otro contexto y época, el origen del motor del Supra de Toyota hubiese levantado ampollas. A día de hoy no ha generado especial revuelo, puesto que para muchas marcas, incluyendo las grandes premium, este tipo de colaboraciones son las que hacen viable modelos de nicho como la nueva generación del Supra, que de cualquier otra forma no sería posible.
Pero… ¿cuál es el argumento que usa Toyota para justificar la decisión de usar un motor de origen BMW en el nuevo Toyota Supra? El mismo jefe de ingeniería de la firma, Tetsuya Tada, lo ha explicado en una entrevista a Automotive News de una forma bastante clara y sencilla.
Una de las primeras decisiones que tuvieron que tomar cuando aprobaron la nueva generación del modelo, fue su motor. Y para ello, quisieron seguir la estela de las cuatro generaciones anteriores tras haber consultado a sus clientes, apostando por un seis cilindros en línea. Pero… ¿cómo acceder a uno si no tenían uno disponible en su catálogo de dichas características? Tocando a la puerta de BMW para pedirle su 3.0 6L presente en modelos como el Z4 M40i o M340i, puesto que realizar un desarrollo propio sería algo que tendría unos costes astronómicos.
Evidentemente, los ingenieros japoneses de Toyota no se han limitado a adaptar el motor bávaro al vano motor del Supra, sino que lo han ajustado en profundidad para darle un carácter claramente diferenciado del que podemos encontrar en los modelos de BMW. No es para menos, teniendo en cuenta que también comparten la caja de cambios de ocho velocidades, chasis, plataforma y otros muchos elementos mecánicos, por lo que se hace casi obligatorio establecer un claro desmarque para que de esta forma ninguno de ellos pueda canibalizarse ventas entre sí y sean fieles a los valores que pretende transmitir la marca.
Vía: Automotive News
