No, aunque lo pudiera parecer, Fernando Alonso no está buscando un plan B. Pero han surgido voces que señalan que, detrás de todas las sonrisas, la felicidad y el optimismo que se derrocha en el evento invernal que están celebrando Ferrari y Ducati, los de Maranello están preocupados porque los números que arrojan las simulaciones parece que no son los esperados.
Ya resultaba chocante que el asturiano pidiera tiempo, que no era el fin del mundo no ganar las primeras carreras, y decía que simplemente necesitaría aclimatarse. En 2007, con McLaren, ganó a la segunda, tras un segundo puesto en la primera. Por supuesto, lo que dice es muy razonable, y cualquiera que haya experimentado un cambio laboral sabe que hay que afrontar siempre un pequeño periodo de adaptación. Pero, bajo la lupa de la sospecha, hasta ahí se pueden encontrar indicios de que algo puede no marchar del todo bien.
Ferrari y McLaren, dos grandes de este deporte, tomaron caminos distintos cuando vieron que era imposible entrar en la lucha por el mundial con Brawn GP y RedBull. Los ingleses decidieron, con orgullo de campeones (realmente, orgullo de campeón, pues el título de constructores lo defendían en Ferrari), intentar llevar el coche hasta lo más alto, intentando terminar la temporada de la mejor forma posible. Para no tener tests, lo cierto es que lo hicieron muy bien, realmente bien. El MP4-24 pasó de ser un cacharro que costaba sacar de la Q1, a convertirse en uno de los monoplazas más competitivos de la parrilla, a veces el más rápido, a veces el primero por detrás de los protagonistas, pero, con dos victorias, algún que otro podio y cuatro poles, el tercer lugar del campeonato de constructores supo a gloria en el equipo británico. Por supuesto, toda esa evolución no fue más que trabajo adelantado para 2010, pues el cambio de la normativa no será, ni mucho menos, tan radical como el anterior.
Ferrari, en cambio, pensó que lo mejor sería tirar el F60 a la basura (un coche realmente difícil, del que Massa, mientras corrió, y Kimi sacaron mucho -incluso una victoria-, no había más que ver a pilotos como Badoer, que no será Schumacher, pero tampoco es tan exageradamente lento, o Fisichella, que pasó del podio con Force India a la cola con Ferrari) y preparar el coche de la próxima temporada (¿F61? ¿F2010?… eso ya lo sabremos más adelante). Centrarían el 100% de sus esfuerzos en el nuevo año, adaptándose a las nuevas normas, buscándole las vueltas al reglamento, exprimiéndolo hasta la última gota… y así podrían darle un monoplaza, por lo menos, competitivo a su flamante fichaje: Fernando Alonso.
¿Dónde está el problema? Que de confirmarse en pista que Ferrari realmente está pasando dificultades, no habrán perdido un año, sino dos, pues podrían haber seguido peleando en 2009 por conseguir resultados, no el título, pero sí disputarle el tercer puesto a McLaren, que no era poco. Sería una verdadera lástima que Ferrari se quedara descolgada de la lucha por el título, en un año que promete tanta emoción. A decir verdad, sería una verdadera lástima que le ocurriera a cualquiera de los favoritos: con toda la expectación levantada, queremos un mundial disputado, reñido, y sobre todo, por pilotos de la talla de Alonso, Button, Hamilton o Schumacher (en orden alfabético, para que nadie se enfade). Y, además, podemos añadir a la fiesta a Felipe Massa, con deseos de batir a Alonso, a Nico Rosberg, con más deseos aún de batir a Schumacher y a Sebastian Vettel, con más deseos incluso de demostrar que él vale para algo más que ser subcampeón del mundo. Ferrari, McLaren, Mercedes y RedBull son, sin duda, grandes equipos, tienen un gran personal técnico, tienen grandes pilotos a sus mandos… pero al final, sólo puede quedar uno.
Si Ferrari tiene o no problemas, lo podremos empezar a intuir en febrero, con los primeros tests de pretemporada. Hasta entonces, sólo son rumores…
Via: TheF1.com