En los tiempos que corren, las ventas de coches usados están en auge, porque la economía no permite en muchos casos la adquisición de un coche nuevo. Sin embargo, si no queremos amargarnos durante largas temporadas y llevarnos sorpresas desagradables, conviene estudiar minuciosamente la compra que vamos a realizar, a través de una serie de puntos.
Dentro del mercado de segunda mano, podemos optar por adquirir dicha unidad a un particular, o bien, a un compra-venta profesional. Personalmente, y sin desacreditar a unos y a otros, yo te daría un consejo: debes de ser igual de minucioso en ambos casos a la hora de ver una unidad, puesto que en ambos puedes llevarte sorpresas desagradables, aunque, por otra parte, no se aplica el mismo tipo de garantía, porque si adquirimos un vehículo a un compra-venta se aplica la ley de garantías en la venta de bienes, mientras que en caso de los particulares se aplica el código civil.
Lo más importante y que debes tener siempre en cuenta para no soltar el dinero por la primera unidad que pase delante tuya: la apariencia. Aunque a simple vista pueda ser buena, como dice el dicho popular «las apariencias engañan». Una unidad que aparentemente esté impecable, puede esconder lo que se conoce como «vicios ocultos», que ojo, hay que tener en cuenta que el vendedor podría ignorar la existencia de los mismos, si bien, en cualquier caso, deberá responder al comprador solucionándolos, a menos que se especifique lo contrario en el contrato de compra-venta.
Cuando tenemos decidido el modelo de coche que vamos a comprar, antes de comenzar a buscar por internet unidades a la venta, conviene que entremos en foros de usuarios y realicemos búsquedas por internet para conocer de primera mano los fallos típicos (y campañas por parte de la marca) que afectan al modelo que queremos, para que así, sea eso lo primero que preguntemos al vendedor y también que nos fijemos si presenta síntomas de los fallos habituales del modelo.
También debes saber que generalmente, lo barato muchas veces acaba saliendo caro. Esto quiere decir, que si vamos siempre a por las unidades más baratas que encontremos a la venta, naturalmente, no debemos esperar encontrarlas en un estado igual de bueno que otras más caras. A veces, el comprar una unidad un poco más cara puede ser una garantía de cara a la fiabilidad a largo plazo.
Kilómetros
Uno de los primeros puntos a tener en cuenta es cerciorarnos de que los kilómetros son reales. Aquí hay que usar un poco la intuición de cada uno, pero, en principio, debería ser suficiente para darnos cuenta de que hay algo raro o empezar a sospechar.
Podemos empezar mirando por ejemplo el desgaste de los pedales. Si es excesivo para los kilómetros que marca el cuadro, podría ser un indicio de sospecha, pero no es el único. También debemos fijarnos en el desgaste de la tapicería y la dureza de la espuma -donde debes tener en cuenta, que si es en cuero, si no ha recibido un tratamiento adecuado, la tapicería se habrá desgastado considerablemente y no en relación a los kilómetros-, fijarnos también en el cuadro si vemos que hace cosas sospechosas en su funcionamiento (a veces, esto puede indicarnos que ha sido manipulado).
Inspección exterior
Bien, esto puede abarcar dos cosas: el estado de la pintura, y por otra parte, buscar signos de que el coche haya tenido anteriormente un accidente. Si lo ha tenido, no tiene por qué pasar nada siempre que se haya reparado profesionalmente, siguiendo los manuales de taller del propio fabricante y con piezas originales, pero generalmente, para buscar un coste más asequible, no suele ser lo habitual, y ahí es cuando nos podemos encontrar muchos defectos derivados de la incorrecta reparación tras un accidente.
Para ello, en el exterior del coche, vamos a proceder a fijarnos en varias cosas. Miraremos detenidamente que el capó, las aletas y los paragolpes ajusten correctamente con la carrocería. Esto quiere decir: que nos fijemos en ambos extremos y veamos que el ajuste sea idéntico entre ellos, o que no presenten separaciones exageradas entre sí. También debemos fijarnos en la identificación de todas las lunas y ventanas del coche, si hay diferencias entre ellas, podremos saber que han sido sustituidas, y en ocasiones puede ser por una simple rotura por un impacto de una piedra, o por un accidente. Conviene que le consultemos al vendedor acerca de esto.
Las zonas más propensas a que la pintura pueda sufrir un desgaste son los paragolpes de realizar aparcamientos o de chinazos de piedras, así como los tiradores de las puertas, donde por el uso de las llaves (en caso de que el modelo no tenga mando a distancia) o que el anterior dueño llevara bisutería en las manos pueda haberlo dañado.
Revisar también las diferencias de tonalidad entre los diferentes paneles de la carrocería. No implica que necesariamente el coche haya recibido un golpe, simplemente, que se haya repintado la pieza por desperfectos en la pintura. También, que todas las puertas, capó y maletero cierren correctamente, porque si no lo hacen, puede traducirse en un descuadre ocasionado por un golpe.
Prueba de conducción
Siempre, repito, SIEMPRE haz una prueba de conducción con el modelo. Si el propietario/vendedor se niega, sal corriendo.
Una vez en marcha, deberemos revisar multitud de aspectos. Uno de ellos, que cuando vayamos por carretera, la dirección no sea ni socialista ni pepera, es decir, que no se vaya para la izquierda ni la derecha, y en caso de que lo haga, puede ser una reparación sencilla como realizar un paralelo -que no suele superar los 50 euros- o quizá algo más grave relacionado con un anterior accidente. Que tampoco existan vibraciones a la hora de frenar, porque eso podría suponer que los discos de frenos estén alabeados.
Si a la hora de acelerar de una forma más contundente, vemos que aunque el coche sube de revoluciones, pega tirones o no sube de vueltas al unísono que el cuentavueltas, puede suponer que el embrague esté en sus últimos días, una operación que no resulta nada barata, especialmente si hablamos de un bimasa, algo bastante común entre muchos modelos de hoy en día.
Estaremos también muy atentos a ruidos procedentes de diferencial -en caso de que lo tenga-, transmisiones, cardan, palieres y caja de cambios. No deberíamos oir nada de estos elementos.
Si por su parte, no presenta estos síntomas, pero tiene pequeños rateos a la hora de subir de vueltas, podría ser un fallo de encendido, si bien es algo dependiente del tipo de combustible.