El desarrollo de los coches autónomos está ya en un estado muy avanzado y madurando a pasos agigantados. Cada vez son menos los -hasta la fecha- escasos incidentes que se registran derivados de que sea el propio coche quien tenga el control del mismo y no un humano, cuya tasa de fallos y distracciones a la hora de conducir es muy superior, y por tanto, las posibilidades de que haya un accidente.
Pero más allá de que podamos exponerte una serie de cifras sobre la mesa que contrasten estos hechos, y que posiblemente, te dejen casi impasible, hoy te traemos un vídeo donde refleja claramente el estado de madurez que tecnologías como el Autopilot de Tesla han logrado este año 2016 que estamos a punto de abandonar. Y aún queda más, puesto que es inminente una actualización del sistema donde aún se va a mejorar más su respuesta ante ciertas situaciones de cara a mejorar aún más el sistema.
Viendo el vídeo, es posible que te estés cuestionando cómo ha sido capaz el sistema de determinar que iba a suceder un accidente, y anticipándose a él, frenar para de esa forma evitar verse involucrado en el accidente. Ya que ni para el ojo humano ni para los radares, desde la perspectiva que vemos en el vídeo, se ve claramente que el accidente vaya a ocurrir, ya que el Opel Corsa que circula delante no hace prácticamente atisbo de frenar y directamente colisiona con el vehículo precedente.
La respuesta a esta cuestión la tiene todo el conjunto de radares y sensores de los que dispone, ya que estos, no analizan únicamente al vehículo que está justo delante, sino que también, hace lo propio con los que tiene más allá. Y en este caso, estos estaban detenidos, así que ha sido lo que le ha servido al sistema para determinar que tenía que realizar una frenada de emergencia.
Sorprendente, ¿no crees?
