Dos de los coches más avanzados tecnológicamente de la historia de Honda, pero en el caso del NSX, no sólo de la marca en sí, sino además también uno de los más avanzados respecto a los coetáneos de su época: se trataba del primer coche de producción con un chasis monocasco totalmente de aluminio, además de un motor con bloque de titanio y platino (aquel mítico V6 de 3 litros atmosférico montado en posición central trasera), entre otros muchos avances que bien le hicieron ganarse el apelativo de «el Ferrari japonés«.
El Honda NSX actual también es uno de los coches más sofisticados y avanzados tecnológicamente que podemos encontrar actualmente en el mercado (digno de alabar el trabajo realizado por parte del departamento de I+D de la marca con él), además de contar con una potencia total de 580 CV, por tanto, se sitúa ya varios escalones por encima en prestaciones respecto al NSX original.
Pero… ¿qué pasaría si lo situamos con otro modelo que juega en la misma liga de potencia dentro de la misma marca en su gama actual como es el Honda Civic Type R? Vale, técnicamente no tienen nada en común: uno es motor delantero, tracción delantera y motor de cuatro cilindros sobrealimentado, con un bastidor muy bien puesto a punto para ser el rey de su categoría en Nürburgring, mientras que el NSX es un rabioso atmosférico de seis cilindros, de propulsión trasera, motor central trasero y además con una puesta a punto hecha por el mismísimo Ayrton Senna.
¿Qué pasa si ponemos en una pista de drag ambos modelos? Y si además, en el caso del NSX, optamos por la última evolución del mismo (NA2) con un motor de 3.2 litros y 280 CV, mientras que el Type R emplea su motor de 320 CV de serie. Parece que a priori, la supremacía del compacto nipón en este duelo es clara, o al menos, el viento sopla a su favor, pero… una vez enfrentados, es cuando el ‘abuelo’ todavía tiene mucho que decir al respecto y demuestra tener cierta ventaja frente al reciente lanzamiento aún contando con la clara desventaja en términos de potencia y de los más de 20 años de tecnología que separan a ambos modelos.
