Si eres amante de los coches, cuando visitas un desguace y ves todo tipo de coches destrozados, no suele ser algo especialmente agradable. Ya sabes, esa empatia que despiertan los coches en general sobre tí se cierne sobre un sentimiento de lástima al ver coches que jamás podrán volver a funcionar esperando a ser descuartizados, o incluso el hecho de ver coches que han marcado tu juventud o adolescencia -sin ser especialmente amante del motor- ya puede generar también una serie de sentimientos encontrados de ti.
Pero ahora, llevemos todo eso mucho más allá. Imagínate hacerlo sobre uno de los deportivos actuales con más carisma y atractivos estéticamente: el Mercedes SLS AMG, el renacimiento del 300SL dotado de un V8 de 6.3 litros con una potencia de 571 CV y un par motor de 650 Nm. Y vamos a rizar aún más el rizo: imagínate ver su proceso de destrucción en vídeo paso por paso por una trituradora. 7 minutos de agónico sufrimiento.
Según indican en algunos comentarios del vídeo, parece ser que el coche pertenecía a un traficante de drogas que fue juzgado y su coche incautado, y tal y como se puede apreciar por algunos detalles, corresponde a Estados Unidos, un lugar donde hemos visto que habitúan a hacer este tipo de cosas por ejemplo con los coches de importación o que han participado en carreras ilegales. Seguramente te estés preguntando por qué han tomado esta decisión de destrozarlo en lugar de enviarlo a una subasta pública para que pueda proseguir su vida en el asfalto: nosotros tampoco lo sabemos. No pedimos tanto: por lo menos, que se hubieran salvado sus componentes más esenciales como paneles de carrocería, pilotos y motor.