Con el éxito del Volkswagen Golf a lo largo de todas sus generaciones, no son pocas las preparaciones que hemos podido ver de toda índole. En este caso, corresponde a la segunda generación del modelo, y como te podrás imaginar, si te lo acercamos, es porque no se trata de una simple y mundana preparación, sino de algo mucho más serio, que en este caso concreto, lo hace con un enfoque a las subidas de montaña.
La historia de esta unidad concreta se remonta al año 2000, cuando el austriaco Karl Schagerl quería un coche de tracción integral para usar a diario en las carreteras nevadas de allí. Sin embargo, lo que comenzó siendo como una simple preparación, fue evolucionando poco a poco con el paso de los años (15 en total), apostando cada vez por mayor potencia y componentes de mayor calidad hasta convertirse en una verdadera bestia.
En el actual estado de la preparación, cuenta con un motor 2.0 TFSI procedente de un Golf V al que se le han cambiado todos los internals del bloque por unos forjados, además de adaptar un sistema de tracción integral 4Motion y una transmisión de Golf 4. Por su parte, la caja de cambios es una KAPS secuencial de seis velocidades con la que poder empalmar marchas a una velocidad que quita el hipo. Todo esto arroja un resultado de 600 CV y 650 Nm de par motor.
La carrocería no iba a ser menos: nos encontramos con una configuración al más puro estilo DTM, con unos pasos de rueda considerablemente ensanchados además de un alerón de grandes dimensiones, además de un otros aditamentos aerodinámicos.
Después de esta introducción… ¿qué mejor que verlo en un vídeo en acción donde sale a relucir la espectacularidad del conjunto?
