El Grupo Volkswagen ha anunciado una inversión de 100 millones de dólares -algo más de 85 millones de euros- en la empresa estadounidense QuantumScape con el objetivo de potenciar el desarrollo de la tecnología de baterías de estado sólido. Anteriormente ya contaban con acuerdos de colaboración que sí que les ha permitido avanzar conjuntamente en el desarrollo de esta tecnología.
El desarrollo de las baterías de estado sólido por parte de Volkswagen se remonta al año 2012, sin embargo, su progreso a lo largo de estos seis años no ha sido todo lo rápido que esperaban, por ello, con esta inversión multimillonaria lo que pretenden es realizar una transferencia de conocimiento que les permita poder acelerar su introducción en los modelos de calle.
Por el momento, los planes pasan por poder ponerlas en producción en el año 2025, un objetivo que ahora estaría más cerca que nunca al poder aunar sinergias entre ambos.
Pero… ¿qué aportan las baterías de estado sólido? para muchos, serán la gran revolución para los coches eléctricos. Según anuncia Volkswagen, para que nos sirva como referencia, una batería con esta tecnología podría hacer que un e-Golf pase de los 300 kilómetros de autonomía a 750 kilómetros. Nada mal, ¿verdad?
Además, cuentan con otras muchas ventajas: ofrecen una mayor densidad que las baterías de litio, siendo igual o más compactas y seguras. Y además, permiten ofrecer cargas mucho más rápidas, por lo que quitaría de un plumazo todas las barreras que puedan interponer las actuales baterías frente a los modelos de combustión en el mercado (autonomía, que sería equivalente a un modelo de combustión, tiempo de carga…).
Por supuesto, no sólo Volkswagen está invirtiendo en ellas: cada vez más fabricantes se están fijando en esta tecnología para dar el siguiente paso en su escalada al cénit eléctrico.