En su momento, el Volkswagen Taigun captó buena parte de la atención por ser, en principio, el esperado crossover urbanita que la marca alemana necesitaba para estar de pleno en el mercado de los b-SUV. Sin embargo, un giro en el escenario y motivos como que era demasiado pequeño, motivaron que el Taigun nunca pasase más allá de la guisa de producción. Ahora, mirando hacia adelante, Volkswagen irá a por todas en este sector. Y de hecho, el Polo podría ser la base para este modelo.
Pensando más bien en el próximo Polo, Volkswagen ya prueba varios prototipos que toman como base la carrocería del actual modelo aunque eso sí, ampliamente modificado y más bien con una plataforma MQB evolucionada que no se ve a simple vista. El objetivo es sencillo: un crossover compacto urbanita que esté en unas condiciones similares y concisas que el Opel Mokka, por ejemplo, y que sea suficiente para cubrir el mercado inferior al del Tiguan y eso sí, marcando unas líneas severas respecto al SEAT Ateca y próximamente al Skoda Kodiaq, que son más grandes y sí los podríamos considerar como crossovers con mayúsculas. En el caso del nuevo crossover compacto de Volkswagen, hablamos más bien de un urbanita con ciertas aptitudes dinámicas que van más allá del asfalto.
Volkswagen ampliará a gran escala la gama de crossovers
No solo apuntan alto con una variante «off-road» del Polo, sino que Volkswagen también aspira a esto mismo con el Golf y de esta manera, completar una gama de crossovers que actualmente es muy pobre, contando únicamente con el Tiguan y el Touareg. Ambos modelos llegarán a partir del próximo año, y las ventas estarán a pleno pulmón en 2018. De momento, no nos queda más que el T-Cross Breeze para ir abriendo boca en cuanto a diseño y líneas.
