Las versiones más prestacionales en la familia eléctrica de Volkswagen reciben el apellido GTX y el primero en hacer uso de ellas es el ID.4, un todocamino 100% eléctrico. No es una versión deportiva al uso como pueda ser por ejemplo el GTI.
Estéticamente, luce algunos detalles específicos de la versión, tales como un acabado bicolor con techo y alerón trasero de color negro, paragolpes delantero y traseros específicos, llantas de aleación de 20 pulgadas (o 21 pulgadas en opción), además de un habitáculo con tapicería en color negro y azul X-Blue con costuras en contraste de color rojo, logotipos GTX en volante y asientos, además de contar estos con certificación AGR.
Consta de dos motores, uno en cada eje, con una potencia total combinada de 220 kW, o lo que es lo mismo, 300 CV. El motor trasero es de imanes permanentes -encargado de mover normalmente el vehículo-, mientras que el delantero, es un motor asíncrono que entra en funcionamiento cuando detecta pérdidas de motricidad o cuando estamos haciendo una conducción más dinámica. Se apoya en una batería de 82 kWh con una capacidad útil de 77 kWh que le brinda una autonomía WLTP de hasta 480 kilómetros, siendo ligeramente inferior a los 522 kilómetros del ID.4 Pro.
Podrá cargarse a una potencia de hasta 125 kW cada hora en carga rápida, mientras que en uso doméstico admitirá hasta 11 kW de potencia.
Finalmente, aquellos clientes interesados también podrán optar a un paquete deportivo que rebaja la altura de la carrocería en 15mm y además brinda una respuesta más deportiva del tren eléctrico y dirección progresiva de la casa. Para optar a la suspensión adaptativa DCC, tendremos que optar al paquete Sport Plus.