¿Estamos ante el fin del Volkswagen Golf? Podría ser que sí, y mucho antes de lo que esperábamos. Si bien es cierto que ya éramos conscientes de que el Golf acabaría muriendo posiblemente en la próxima generación con la electrificación total de la marca, los elevados costes de desarrollo que supone desarrollar motores de combustión interna capaces de cumplir con las nuevas normativas de emisiones podrían forzar a que el camino del Golf termine en la actual generación.
La actual generación llegó al mercado en 2019 y está basada en la plataforma modular MQB, por lo que debería recibir un lavado de cara en 2023 o 2024, pudiendo alargar su vida hasta 2028. Para entonces, los modelos 100% eléctricos habrán logrado reducir considerablemente su precio gracias a unas baterías más económicas, igualándolos o haciéndolos incluso más baratos que sus homólogos con motores térmicos, ya que Thomas Schäfer, CEO de VW anunció que los precios de los vehículos con motor térmico podrían incrementar entre 3.000 y 5.000 euros debido a los escapes más sofisticados que necesitarán equipar para cumplir con la normativa Euro 7. A esto, hay que unir que en la Unión Europea no se podrán vender vehículos nuevos de combustión interna a partir del año 2035.
Esto sin duda deja en muy mala posición a la siguiente generación del Golf, hasta el punto de que el propio CEO de VW ha admitido que se están planteando si les sale a cuenta desarrollar un vehículo que no va a poder cumplir el ciclo típico de vida de 7-8 años. Es por ello que en los siguientes doce meses tomarán una decisión al respecto del futuro del modelo.
En cualquier caso, VW ya tiene en su gama el equivalente al Golf 100% eléctrico que es el ID.3 y el ID.2 un escalón por debajo, sólo es cuestión de tiempo que su nombre que se remonta a 1974 deje de emplearse en su catálogo.