Normalmente, en los lavados de cara de un modelo, acostumbramos a ver cambios en unas ocasiones más profundos, y en otras más discretos, y que dependiendo del modelo, en ocasiones suelen ser más o menos acertados -generalmente suele ser la primera opción-.
En el caso del VW Polo, la marca alemana ha usado la máxima de «si algo funciona, no lo toques«. Es por ello, que tanto en su habitáculo como en su exterior, los cambios son mínimos, de hecho, cuesta apreciarlos si no conoces bien la estética del modelo que reemplaza.
Estéticamente, la novedad viene de la mano de la introducción de unos pilotos delanteros nuevos, nuevos cromados, así como paragolpes delantero y posterior renovados (y debido a esto, la longitud de la carrocería aumenta 2 mm). La zaga estrena también unos pilotos ligeramente rediseñados. Y para culminar con los cambios exteriores, el catálogo de llantas de aleación recibe nuevas incorporaciones en las dimensiones que van desde las 15 hasta las 17 pulgadas.
El habitáculo es el protagonista
El habitáculo por su parte sí que es agraciado con un volante nuevo de tres radios, además de un nuevo sistema de infoentretenimiento con pantallas táctiles de 5 o 6,5 pulgadas. Su dotación de seguridad se complementa ahora con al llegada del «Automatic Post-Collision Braking System«, un sistema que frena el coche tras un impacto, reduciendo así las consecuencias que podría tener la concatenación con otro posterior.
Los mandos del sistema de climatización de la consola central, así como los relojes del cuadro son también de nueva factura. Destacar además la introducción del sistema Sport Select que nos permite variar la dureza de los amortiguadores en dos niveles de dureza diferentes.
La gama de propulsores es ahora hasta un 21% más eficiente, cumpliendo con la normativa de emisiones Euro 6, además de aterrizar dos nuevas opciones diésel, bajo el bloque 1.4 TDI en potencias de 75 y 90 CV -ambos de tres cilindros- para reemplazar a los 1.2 y 1.6 TDI.
Volkswagen Polo 2014
