Aunque la imagen de marca en un coche de alta gama sea un factor decisivo en su compra, no necesariamente va ligado a su tecnología o calidades. Y no es porque Volkswagen tenga mala imagen de marca ni mucho menos, pero también es cierto que su enfoque no está paralelo al del trío alemán premium por excelencia.
Por ponerte en antecedentes, el año pasado sólo se vendieron 4.000 unidades del VW Phaeton, suponiendo un 30% de descenso en las ventas respecto al mismo periodo del año anterior. Algo que lo sitúa como el modelo de menos ventas de la firma alemana, incluso por debajo del recién jubilado Eos. Mientras tanto, Mercedes logró encajar 100.000 unidades del Clase S el año pasado.
¿Por qué te estamos soltando este rollo? Por algo relacionado con el Phaeton. Sí, ese coche más alto de gama de VW que pese a su veteranía (lleva en el mercado desde el año 2002), sigue siendo uno de los coches más avanzados tecnológicamente que podemos encontrar en la actualidad y claramente infravalorado en el mercado de segunda mano. Para que te hagas una idea, el Phaeton hace uso de la plataforma D1 de VW, la misma plataforma que emplean los Bentley Continental Flying Spur y Continental GT (siendo el Phaeton el primero en estrenarla). Algo que da buena fe de que no fue un modelo desarrollado pensando en la rentabilidad (se estima que pierden aproximadamente 28.000 euros por cada unidad vendida).
Algo parecido sucede con la nueva generación, que por cierto, ya está desarrollada. Sin embargo, en esta ocasión desde VW no parecen dispuestos a continuar perdiendo tanto dinero por cada unidad. Por ello, han tomado la decisión de retrasar su lanzamiento que inicialmente estaba previsto para 2017-2018 y de esta forma reducir los costes de producción del modelo. ¿En base a qué los reducirán? No lo sabemos. Pero estando el coche ya desarrollado, no serán recortes que especialmente notables que impliquen rediseñar medio coche (porque sería contradictorio).