Aunque por el momento no tengamos sobre la mesa el Volkswagen T-Roc, sí que tenemos ya una aproximación en forma del paquete deportivo ‘R-Line’ que goza de tanta popularidad en otros modelos de la firma y que ahora llega al pequeño b-SUV de Volkswagen, que compartirá ADN con el Karoq de Skoda y el Arona de SEAT. Y a continuación, te vamos a explicar en detalle los cambios que introduce respecto al modelo convencional.
El T-Roc ya de por sí cuenta con un aspecto musculoso -tal y como denotan sus pasos de rueda y marcado capó-, así que ciertamente tampoco tiene un margen especialmente grande para introducir mejoras encaminadas a la deportividad estética que puedan provocar una sorpresa en nosotros. Así que se ha apostado por pequeños cambios estéticos enfocados a reforzar esa deportividad, como un difusor trasero específico acabado en negro, tomas de aire delanteras de mayores dimensiones, llantas de 18 (Sebring) o 19 pulgadas (Suzuka) en función de la versión, paragolpes y protecciones de la carrocería del mismo color que el resto, pilotos LED traseros, además de los logotipos identificativos R-Line.
Su habitáculo también delata la brocha R-Line gracias a pedalier en acero, volante deportivo con la parte inferior achatada tapizado en cuero, techo con el forro de color negro, alfombrillas específicas, logotipo R-Line de bienvenida en la pantalla del sistema de infoentretenimiento, palanca de cambio específica, además de tapicería en cuero exclusiva R-Line.
La gama de motores del T-Roc consta de los 1.0 TSI de 115 CV, 1.5 TSI de 150 CV además de los 1.6 TDI de 115 CV y 2.0 TDI de 150 CV y 190 CV, donde dependiendo del motor podremos optar a la caja de cambios manual o DSG de doble embrague y a la tracción delantera o 4MOTION (en este último caso, va exclusivamente aparejado a DSG/4MOTION). No sabemos con exactitud en qué motores concretos estará disponible este acabado, aunque parece probable que las opciones de 115 CV queden al margen.