Volvo ha oficializado algo que para muchos era de esperar teniendo en cuenta el viraje a la electrificación que comenzó a mostrar años atrás el fabricante sueco: la próxima generación del XC90 contará con una versión 100% electrificada. Y se unirá a opciones híbridas enchufables y propulsores mild-hybrid. No habrá versión diésel, ya que los planes de Volvo no contemplan seguir ofreciendo motores con este combustible a medida que vaya reemplazando su gama por nuevos modelos.
Esta tercera generación que debería llegar al mercado en el año 2022, estará construida sobre la plataforma actualizada SPA en la que se asentarán también las siguientes generaciones de las series 90 y 60 de Volvo, como los S60/V60 y S90/V90. Contará además con tecnología puntera en conducción autónomo cuyo hardware permitirá la conducción total sin intervención ni vigilancia por parte del conductor, siempre y cuando las regulaciones de cada país lo permitan, aunque parece que no llegará a ser en cualquier caso un nivel 5 como tal, quedando limitado a carretera y no a ciudad.
Pero aún hay más: el fabricante sueco apostará también por un importante giro dentro de la producción del relevo generacional del XC90. Y es que, debido a que el grueso de ventas se concentra en los Estados Unidos, su producción pasará de Suecia a la factoría de Ridgeville (California), que es la que actualmente se encarga de la producción del S60 y que cuenta con una capacidad para producir 150.000 vehículos anualmente cuando la próxima generación del XC90 entre en las cadenas de producción.
¿Qué diferenciará las versiones eléctricas de los modelos de Volvo frente a Polestar? Volvo se centrará en ofrecer versiones eléctricas de modelos ya existentes, mientras que Polestar, tal y como ya sabíamos, se continuará dedicando a vehículos de altas prestaciones con modelos a medida.
Vía: Autocar