Si Ferrari ha vivido aquí hoy, en Melbourne, una debacle, McLaren, contra todo pronóstico, ha hecho un fantástico trabajo y ha estado dando guerra hasta el final. El comienzo no fue del todo bueno para el equipo británico en este Gran Premio: ninguno de sus coches pasó de la Q2 en clasificación y Lewis Hamilton sufrió además una avería en su caja de cambios, que lo catapultaba a lo más profundo del terreno de la Q1. Finalmente, y tras la descalificación de los Toyota, los McLaren se disponían a partir en 12ª y 18ª posición.
La carrera de Heikki Kovalainen fue corta, víctima de un choque en la primera curva que dañó la dirección de su monoplaza. El finlandés llevaba una considerable carga de combustible y hubiera sido curioso ver cómo resultaba la estrategia, sobre todo para intentar tomar más referencias de cara a colocar a cada equipo en su posición real. Por su parte, el campeón del mundo se salvaba y pasaba por la zona sin ningún tipo de incidente. Y con eso comenzaba una de las mejores carreras que se han visto del piloto británico.
Hamilton hoy ha rendido como se espera de un campeón del mundo. Ha mantenido la calma, en lugar de dejarse llevar por los nervios que a veces le afloran cuando las cosas no van bien, ha arriesgado en los momentos necesarios, dejando como regalo algunos adelantamientos espectaculares. A los coches sin KERS, como si fuera un avión, y a los coches con KERS, con emparejamientos y mucha tensión (la salida del segundo pit stop de Lewis ha sido espectacular, emparejándose con Massa en los primeros giros de la vuelta). Puro espectáculo. Y al final, tanto esfuerzo ha subido a Hamilton al podio, después de que Trulli fuera sancionado por efectuar un adelantamiento estando el Safety en pista tras perder la posición con el propio Hamilton, tratando de recuperarla. Una lástima que no haya podido saborear su podio, pues el podio significa más que sumar 6 puntos: es recibir el trofeo ante todo el mundo, es la ceremonia del champán, ir a la rueda de prensa… vaya, que se saborea más. En cualquier caso, también hay que decir que el podio de Trulli también tiene mucho mérito (salía por detrás de Lewis), así que Jarno no ha estado de más en el cajón, ni mucho menos.
Lo de hoy no significa que McLaren tenga un coche competitivo ya, pero quizá podamos colocarlos a día de hoy de la mitad para arriba de la tabla. El coche tiene potencial, el motor Mercedes sigue siendo el mejor de la parrilla (tanto en Brawn como en Force India están fascinados), y parece que la única pieza clave que les falta es el difusor «interpretado» que podrían tener ya preparado, de acuerdo a insinuaciones de ciertos miembros del equipo y a que en toda esta polémica de los difusores, McLaren ha sido el único equipo grande que no ha dicho ni mu. Así que seguro que en McLaren estarán muy pendientes de lo que la FIA decida sobre los polémicos difusores, para mandar el coche con el suyo a China o no. Y si el resto se queja, no lo tiene, así que podrían tener una gran ventaja respecto de Ferrari, BMW o Renault, equipos que, Brawn aparte, no dejan de sonar pese a todos como candidatos a luchar por el mundial y que aún no tienen el difusor milagroso. No es que poner el difusor suponga tener todo hecho, pero sí que es una evolución importante que aportará unas décimas bastante significativas.